lunes, 7 de diciembre de 2009

Los Onandi




La señora y el señor Onandi son unos conocidos del señor Gurmendi que viven en su barrio y con quienes se entiende de maravilla, pues les gusta fotografiar. No es anómalo verles cargar con un complejo equipo fotográfico cuando cruzan la ciudad. Él vestirá un polar, vaqueros azules, su gorro marrón y sus guantes de cuero, y cargará el trípode como si fueran unos esquíes. Ella vestirá una chaqueta corriente, de esas que se llevan en el día a día, se colgará la cámara, con flash y sin funda protectora, en el cuello. Llevará un bolso para sus neceseres y algún que otro día aprovechará para comprar unas verduras de paso. El señor Gurmendi les saluda y de vez en cuando mantiene una breve pero atípica conversación con ellos, pues les tiene cariño.

domingo, 29 de noviembre de 2009

El certamen fotográfico




El señor Gurmendi decidió participar en un certamen fotográfico para ver si sus imágenes tenían aceptación entre quienes decían entender del tema. Con una cámara de usar y tirar tomó una fotografía quitsch de la puesta del sol, donde se veía un degradado de colores: el cielo añil tomaba luz amarillenta y esta a su vez pronto se veía anaranjada para finalmente perderse entre el suave oleaje.


La calidad no era espectacular, ni la iluminación la ideal y si bien ningún miembro del jurado supo apreciar la idea, pocos curiosos pasaban por la sala de exposición sin ver la fotografía y sentirse, al menos, un poco invitados a soñar.

martes, 24 de noviembre de 2009

El día de después




El día de después es para el señor Gurmendi el día más armónico, donde su estado emocional tiende a ser espiritual. Es el día en el que los pajaritos chismorrean en las copas de los árboles, los señores mayores reflexionan sobre la vida mientras caminan por las calles, las olas del mar se relajan para echarse a dormir, el agua en los tejados de las casas refleja la luz, el aire es fresco y puro, y un perro establece una profunda relación sentimental con su propia imagen que le devuelve un charco. El día de después, después de una gran tormenta, es cuando la ciudad se ha desvestido y está por renacer.

martes, 17 de noviembre de 2009

Cuando llueve

Día que llueve, día que pocos salen de su casa”. Así suelen ser las personas del lugar donde habita el señor Gurmendi. Esto le motiva para salir a tomar café; un café con algo menos de leche que una manchada y ligeramente más que un café con leche. Opta entonces por un bar junto al mar, despliega una silla y pone una mesa en posición horizontal. Vierte solo medio paquete de azúcar en la taza y bebe a sorbos pequeños mientras las nubes gotean y el oleaje levanta sonidos de furor e ira. De tanto tiempo que pasa allí sentado, el café acaba estando aguado y frío, y sus pies empapados, y cada cuatro o cinco segundos cae una gota de agua bien alimentada de la punta de su nariz al suelo. Pero nada de esto le importa en absoluto, pues sabe que la felicidad no se la puede llevar el agua, pero la tristeza sí.

lunes, 16 de noviembre de 2009

De sus ideas acerca del arte

La idea de crear arte le parecía al señor Gurmendi un tanto compleja. A menudo estaba disgustado por los trabajos artísticos que veía en exposiciones, galerías, museos, ferias e incluso en las casas de conocidos que asociaban el arte con su precio, y el dinero de una persona con el arte. Comentaban pues, que cuanto más pagaba el mercado por una pieza de arte, mayor era su valor artístico y así mismo, no comentaban pero pensaban que, cuanto más dinero poseía una persona, más arte tendría que adquirir para estar más formada en el ámbito que quienes estaban desprovistos de capital.

El señor Gurmendi buscaba la demostración, el ejemplo ideal para instruir a aquellos que se hallaban en el error y dio un buen día, probablemente algo tarde, con un grafiti ilegal, gratuito de ver y con enorme valor simbólico. Satisfecho y sonriente tomó una fotografía.

viernes, 13 de noviembre de 2009

En otoño


Un domingo el señor Gurmendi se dirigió a las afueras de la ciudad y dejó una nota en el pomo de su puerta, sin más explicación ni complicación sintáctica que la siguiente: «a inhalar un oxígeno más puro, más limpio y más digno de respirar».

El campo estaba más seco que una mojama de Barbate, la hierba se había petrificado y las vacas miraban paralizadas del disgusto su propia sombra. Una de ellas, más astuta, más interesada y más comunicativa giró el cuello, sin quitar su noble trasero de la vista del señor Gurmendi, para contemplarle con cara de poco impresionada. Este levantó su cabeza con indignación, frunció las cejas y le dio al animal un sermón de los suyos. Acto seguido, satisfecho pero profundamente herido, se marchó de nuevo a la ciudad.

domingo, 8 de noviembre de 2009

La fotografía

Una de aquellas tardes en la que se siente inspirado por ideas que cambian el momento, el señor Gurmendi interrumpe bruscamente una negociación acerca del precio del último modelo de cámara fotográfica en una distinguida tienda del centro de la ciudad: «lo importante en una fotografía no es la calidad del aparato, el tipo de objetivo, la cantidad de luz, la velocidad del obturador, el enfoque..., se trata, no obstante, del sentimiento que produce la interacción entre personas y/u objetos». Satisfecho, y quizá con algo de desazón, sigue su camino; y su camino con su concepto de fotografía.

sábado, 7 de noviembre de 2009

Del señor Gurmendi

El señor Gurmendi no es vasco, y tampoco es suficientemente mayor para poder llamarle señor. Es de otro lugar diferente, y le llamo señor Gurmendi por el simple hecho de que todos lo hacen.

Al señor Gurmendi le gusta sentarse en el jardín botánico, en el último banco a la derecha, de manera que en la cara le de el sol mientras su cuerpo está al fresco en la sombra. Suele verse allí, de tanto en tanto, con sus padres.


Los padres del señor Gurmendi son una pareja de apariencia tan corriente que, por lo general, pasan desapercibidos; y así les gusta vivir, pues, no son los padres del señor Gurmendi anarquistas ni comunistas, pero tampoco se vieron favorecidos, ni en tiempos del franquismo, ni hoy en día.