martes, 17 de noviembre de 2009

Cuando llueve

Día que llueve, día que pocos salen de su casa”. Así suelen ser las personas del lugar donde habita el señor Gurmendi. Esto le motiva para salir a tomar café; un café con algo menos de leche que una manchada y ligeramente más que un café con leche. Opta entonces por un bar junto al mar, despliega una silla y pone una mesa en posición horizontal. Vierte solo medio paquete de azúcar en la taza y bebe a sorbos pequeños mientras las nubes gotean y el oleaje levanta sonidos de furor e ira. De tanto tiempo que pasa allí sentado, el café acaba estando aguado y frío, y sus pies empapados, y cada cuatro o cinco segundos cae una gota de agua bien alimentada de la punta de su nariz al suelo. Pero nada de esto le importa en absoluto, pues sabe que la felicidad no se la puede llevar el agua, pero la tristeza sí.

4 interpretaciones:

FaRLeGeND dijo...

Genial texto Gurmendi! Un saludo.

FaR LeGeND

Gachi dijo...

Hay veces si... que llueve por fuera y por dentro.
Llueve y moja
Moja y aliviana
Aliviana y deja en paz.

Mariona dijo...

aquí no llueve..


y yo adoro la lluvia..

sagitaire17 dijo...

Tendría que probar esto de que la lluvia se lleva la tristeza.Bueno...Primero tendría para eso qque vencer mi antagonismo zodiacal con el agua.....
Interesante texto.A ver cuando puedo volver por aquí para saber más sobre el señor Gurmandi :)
Un saludo.